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CREACIONES POÉTICAS

"La poesía es algo sagrado"

                                                           Jorge Oteiza.

“La poesia és un joc on, sota una realitat aparent, hi apareix una altra d´insospitada”
                                                                -Joan Brossa-

Por otro lado, la poesía nace de todo aquello que se nos torna único e irrepetible:
“Del asombro nace la poesía”
                                       -Guillermo Cabrera Infante-

Sobre los ángeles

Ángel de la noche,

húndete en tus tinieblas,

ahógate en tus delirios,

muere, antes del nuevo día.

 

Antes de que los ojos,

resbalando por el firmamento,

caigan a los pies de la fuente dorada,

 

sonando rumores de vida,

callando promesas de muerte,

ofreciendo agua al sediento,

 

de verdad, de ángeles

y viento,

 

que vestidos del mundo,

a veces alcanzan el cielo.

Versación más allá

Sabanas de piedra

para un invierno de memorias blancas,

el aire pesa como una gran losa

que oprime,

el asfalto nos atrapa como insectos

en una gran piedra ámbar.

 

Y en esa suerte de soliloquio glacial,

de criogenización urbana,

nos encontramos

esperando

el deshielo.

     

Salgo al balcón a buscar un poco de conVersación,

desde mi atalaya

desato nudos de palabras,

una tira infinita de vocales y consonantes

desde las vísceras hasta la garganta,

sujetas con pinzas entre mi boca y tu oído,

y viceversa,

todos los versos tejiendo una gran red

de seguridad.

Mundo ausente

Sin ti estaría ahí tirado

en algún mármol de muerte.

Sin ti, con zapatos tristes y desgastados.

Sin ti, soy el mismo, pero un poco más triste,

un poco más serio, como un traje colgando en la oficina,

como una sala de espera desesperada.

 

Sin ti, todo es asfalto salvaje,

engranajes moribundos,

estampidas de tiempo

y espacio,

partículas dispersas que nunca se tocan.

 

Sin ti solo veo cuerpos desalmados

que llevan las manos y los bolsillos

llenos del vacío más preciado,

el que no conoce más allá de sus pies, cabeza y manos.

 

Contigo me quito las gafas, cojo las llaves y abro la puerta.

Verbo hambriento

En el sino de la palabra

descansa la turba del mundo,

de sentidos enloquecidos y

razones en cuarentena.

 

Aquel perfume rosado y jugoso

hoy bajo tierra.

Aquel aliento que llega tarde,

arrugado y fatigado,

hoy entre la gente.

Ayer y hoy, que mas da.

 

Un neorromántico traspuesto

frente al féretro del mundo,

un nicho vacío,

un bien perecedero,

una ingesta insatisfecha.

 

Idea recurrente la de un bien permanente,

Adán y Eva en el sino de la verdad,

felicidad gozosa, deleite inmortal.

No pudo ser.

 

Disfraz de calavera

para este poema

que vive y muere en la repisa,

será que tienen prisa

por comer.

Adoradores del mal

Crueldad, como Saturno devorando a sus hijos,

la ciudad descuartiza cuerpos en las esquinas.

Vómitos y danzas 

para invocar Egos hambrientos.

Animalidades en manada

para la supremacía

del problema como emblema.

Así la vida urbana

cabreada

y con remordimientos.

Plagada de Obsesos Sistemáticos,

ENFÁTICOS

en una sola cosa

El Odio

para Mayor ODIO.

Amén.

¿Dónde vamos tan perdidos?

Andamos tan perdidos,

Entre suposiciones y desconcierto,

Entre moral impuesta y manipulación mediática,

Entre clásicos de vida es sueño y contemporáneos post-apocalípticos.

 

De convivencia y relaciones sabemos,

mas bien, poco y mal.

Cogidos de la mano del compromiso

le mentimos al espejo

y huimos hasta de nuestra propia sombra.

A veces solo vemos nuestro reflejo en las cosas,

en los demás.

Egoístas, idiotas, hipócritas, 

débiles y patéticos que no saben dónde van,

y si lo saben, algún día dudarán,

porque todos dudan, hasta cuando se trata de saludar.

Las estaciones

Dónde vas tan perdida

caminando al ritmo de las estaciones.

 

Despertando entre caricias doradas

te vistes con delicadeza,

seduces con mil olores,

evocas dulces poemas.

 

Él, de rodillas,

mirando lo bien que baila el mar,

moviéndose con las olas,

corriendo por la orilla.

 

Perseguido por sombras afiladas

que crujen a cada paso

conspirando entre sonidos metálicos

y de cuenta gotas.

 

Sintiendo el frio aterciopelado

en cada caricia que choca con el vacío

de no entender, de caer

y recordarlo todo.

 

Vuelve, vuelve y no te vayas,

alguien posa en ti su atenta mirada.

Vidas de papel

Poemas que besan y matan,

que saludan y sentencian con palabras de plata.

 

Heridas de bordes amarillentos

que no paran de brotar entre las manos,

delicadas y finas espadas

limpiando la sangre del ayer.

 

El lomo se resiente por los años,

cansado de golondrinas negras

y verdes prados,

soles de interior

y sombras de ciprés.

 

Viejo por fuera, por dentro,

pero con aliento joven,

vive en las palabras,

en las páginas, en las casas.

 

Ay olores de tinta y papel,

ay cuerpos sin vida

que hablan cuando nos quedamos en silencio,

que limpian nuestro reflejo

cuando se nubla la mirada.

Lodo

Inútil idiota empedernido,

por volver a hundirte en el fango,

otra vez vuelves sucio a casa.

Y pesa cada paso.

 

Oh barro,

sucio don otorgado,

para cabrones infelices

y santos esforzados.

Por qué siempre conmigo,

yo, que pocas veces te he querido;

y tú, en cambio, siempre en mis zapatos.

Y pesa cada paso.

 

Le canto a la bendición del cielo:

Oh lluvia,

delicioso don inesperado,

Límpiame por completo

para que mi paso sea ligero

y mi pesar liviano.

Un mundo extraño

Un mundo extraño,
que frágiles los cristales
y nuestras manos cortadas
por afilados corazones.

 

Toda una diversidad de fauna
en las selvas de asfalto.
Máquinas descarnadas,
llenas de artificio.

 

Aquí que poco piensan nuestras vidas
en el origen de las cosas.
La tierra fértil,
los árboles imponentes,
el cielo inmenso,

la sabana infinita que nos arropa como hijos únicos.

 

Y de noche, ay cuando llega la noche,
todo se vuelve más profundo, más silencioso, más íntimo y cercano.
Nadie sabe más que las estrellas,
nadie respira como lo hace la luna,
reina, señora de la noche,
en sus manos desbordan los alimentos del banquete eterno.

 

Aquel anciano que unía puntos en el cielo, susurraba:

"Oh creadores, oh salvados por saber mirar en un mundo extraño"

Mil petalos de rosa

Solo queda el olvido
que estalla en mil pétalos de rosa.
Deshojando el recuerdo
se marchitan tu voz y tus ojos,
ahora bajo la sombra de lo que nos deja.
Y se va.

Me gusta

Me gusta esconderme en medio de un silencio sostenido

o bajo un lugar en sombra, calma blanca,

dejar la mente en espera y lanzarme al vacío,

me gusta porque el tiempo va más despacio.

 

Cuando paramos, el tiempo nos odia por ello,

nos mete prisa y hace ruido,

nos pisa los talones para hacernos correr,

y pellizca nuestra lengua para hacernos gritar.

Por eso, me gusta detenerme y contemplar,

ver la vida pasar 

e imaginarme adónde irá.

 

Pasajero 

Hace mucho que no te encuentro
entre mis palabras,
en esos nidos de palabras parece
que un ave decidió emigrar.

Y ya no sé si sigues ahí
o solo eres el eco de un gran cántico.

Pura modernidad


Tengo las virtudes de un infante torpe
que aún no distingue lo bueno de lo malo,
que forma sus ideas de la experiencia,
que cree que una sola cosa lo es todo.

Tengo los brazos abiertos
Los recuerdos en blanco,
Las sensaciones a flor de piel,
Los días extraños,
Las palabras ausentes,
Los ojos llenos de sorpresa.

Alegría de vivir

Es el rumor de un río desconocido,
el discurrir del agua sobre la tierra árida
y las piedras ásperas.

Es la llegada de la primavera,
de un todo que florece en cada detalle,
de palabras que salen de mi boca
como cantos de pájaros al amanecer.

Es la alegría de vivir que invade cada rincón

de recluida soledad.

Alegría de vivir que sales a pasear

junto a cada ser que al fin

se siente acompañado.

La habitación

Hemos dejado de huir por las calles

para entrar en casa,

nos hemos quedado dormidos

en nuestra memoria cansada

y no queremos despertar.

 

En la habitación descalza,

desprovista de palabras,

de desconfianza hacia las cosas.

Allí guiamos nuestras manos

por un techo extraño,

por unos cuerpos que saben a novedad.

 

En la habitación dormida

acariciamos los años

ausentes por el olvido,

pero cuando quema la memoria

los brazos tiemblan,

los ojos puestos en el abismo

lo pierden todo en la caída más brutal,

y con las manos vacías

al fin puedo hablar de libertad.

 

La habitación estará cerrada

hasta que la lluvia cese.

 

La habitación estará en ruinas

hasta que otro ciclo empiece.

El nombre

Puedes morder la memoria,

puedes saborear el tiempo,

puedes alimentarte de la realidad,

pero nunca podrás conservar

una palabra caduca,

un recuerdo marchito.

 

Antes de que caiga la noche

caerá nuestro último adiós.

Antes de que llueva

tendremos la frente seca

y los ojos húmedos.

 

Si nuestros nombres pronunciamos

que sea en un día limpio y claro.

Era

Era pronto, amanecía,

y yo me deleitaba con cada pensamiento,

con cada persona,

con cada acento que le daba entonación a mi vida.

 

Era tarde, anochecía,

y yo rebuscando entre mis cosas me di cuenta que

algo iba mal,

no están, ni perdidos ni olvidados,

simplemente no están,

robados sentencie.

 

Era un ciclo largo, terminaba,

nunca supe cuando se perpetró aquel hurto,

solo sé que fue a puerta cerrada

y con las manos abiertas.

Huellas de decepción dejo a mi paso,

no hace frío, pero me rodean los brazos de la soledad.

De saberse acompañado por desconocidos

que con los rostros arrugados

ponen la mirada en el suelo,

ajenos al paso del tiempo

se dejan a la deriva

esperando la última brisa.

Deshielos

La voz de la noche

reclama el aliento de los últimos lobos en la Tierra,

resuenan las campanas junto a la luna llena,

depredadores hambrientos,

personas mirando desde sus ventanas,

perdidos en sus casas.

 

Atrapados en sus celdas

de paredes mudas.

Restando con los dedos

las luces amarillas,

mientras imaginan

y se creen guardianes de todo

de nada.

 

Las abejas huyen a otras colmenas,

quizás para olvidar que la reina murió.

 

Algunos solo viajan de noche,

acompañados por un pasado

que vuelve a instalarse

cada vez que el tiempo se detiene

y les da un instante para volver la vista atrás.

 

No hay mayor libertad que ser dueño del deshielo.

Confieso

Voy a confesarle al espejo

verdades que aniquilan,

voy a romper el silencio

con llantos que sanan.

 

La soledad consume

las horas, da vida a las sombras

que tras de mí arañan las paredes.

Yo, recio en la oscuridad, aprieto los puños

tratando de exprimir, de romper,

de reducir a cenizas todo

lo que me aterra,

aquello que no puedo dejar de buscar.

 

Caigo al suelo, llevo días sin comer,

palidezco mientras se nubla la mirada,

siento no estar a la altura de los acontecimientos,

de no aprovechar el instante regalado,

de fracasar en el intento de amar,

porque muero con la culpa a cuestas,

nadie nos enseño como decir sin palabras

lo que el alma hace sonar.

Acción-reacción

Después de hacer acupuntura

con palabras finas y afiladas,

después de curar el dolor que nos persigue

y no nos deja solos.

 

Después de todo eso

sale una gran carcajada de mi boca,

algo así como un hombre hundido en el fango

que no para de reír.

 

Desde fuera puede parecer algo absurdo o descabellado,

pero joder que bueno es tomarse la cosas con humor,

pese a que mientras te rías te estén hirviendo los pensamientos

y como una olla a presión parece que todo va a estallar.

La sed (El nuevo desierto)

1.

Susurrando te acercas,

lengua desafinada,

notas de tristeza,

oídos, cabeza,

pozos secos del alma.

 

En mi vientre tengo un desierto,

se resquebraja

y nunca se sacia,

siempre tiene sed

y el agua no está cerca.

 

En algún lugar

confluye un cauce,

habita en el oasis de los ríos dorados,

de los néctares de flores rojas,

de las piedras ámbar,

todo sobre un lecho que siempre

descansa.

2.

Escuché a muchos contar,

que en ocasiones uno no puede avanzar,

y no se trata de poder caminar

o de tener un lugar al que llegar,

se trata de volver la vista atrás,

de abrazar los recuerdos de compañía

en soledad

y no querer despertar.

 

Del deseo proclamado,

de la promesa de felicidad,

solo quedan unos labios secos

que no dejan de besar la tierra árida.

Es algo demencial,

verse perdido en un desierto,

sin nada que llevarse a la boca,

sin nadie con quien poder charlar,

ni siquiera con uno mismo se puede conversar,

el ruido de las entrañas puede más.

 

La sed suplica desde la garganta

¡piedad! ¡tengan piedad!

¡No sé cuánto más podremos aguantar!

El sol quema la piel,

abrasados nos arrastramos

por las dunas,

ayer éramos mecidos en brazos,

pero hoy ya no queda nada de aquel infante,

hoy solo somos supervivientes,

tesoros olvidados.

3.

Asfalto enmarcado por ruido y vapor,

terciopelo áspero,

carente de emoción,

mis pasos se arrastran desganados,

mi cuerpo muestra servidumbre a las piernas,

obligadas a vagar,

a callar las estridencias

que la cabeza desea imponer.

 

De pronto surge un nuevo sendero,

y en él, una suerte de diversidad,

allá donde mires, una piedra,

un camino, matojos, árboles, pinos,

también pájaros y sus respectivos sonidos,

el cielo sonríe mientras juega con las nubes,

el sol dorado baña las montañas.

 

Crujen las ramas a mi paso,

el bosque crece a mi alrededor,

me da la bienvenida,

viste de verde y marrón,

agita las ramas y deja espacio para el sol

anunciando un hasta luego entre los troncos,

desordenados, grandes, pequeños,

débiles o fuertes, frondosos o claros.

Todo ello convive en perfecta armonía,

todo se muestra sincero y verdadero,

y en la cima se contempla por entero,

y me siento insignificante

frente a tanta perfección,

y con una reverencia me postro a sus pies.

Una historia de fantasmas

La lámpara en la mesita de noche,

sus parpados son dos bombillas gastadas,

son los últimos pálpitos de energía,

intermitentes e inconstantes,

pero ansiosos por vencer el cansancio.

 

Mientras, en la oscuridad,

acecha una despedida inevitable

que posa suavemente su mano

inclinando mi rostro hacia atrás,

entonces me besa en la frente

y mi respiración es cada vez más suave,

mis pulsaciones más lentas.

Finalmente, como a un melómano enajenado,

quedo hipnotizado por el silencio,

que me embelesa y me hace olvidar.

 

Bruma y objetos efervescentes,

habitantes del subconsciente,

gente en acción por impulso y obligación,

obligados a ceñirse a un guion,

sombras de mentiras, de ficción que no recuerda su condición.  

 

Un embrujo así solo puede ser producto de un sueño placentero,

pero no duermo, soy consciente en todo momento…

Y sin embargo nadie me ve, nadie me escucha, ni me busca,

ya no, nunca más.

 

Y con los años,

poco a poco se olvidan los nombres que se pronunciaron,

que se susurraron en la soledad esperando ser escuchados,

esperando que la llamada tuviese respuesta,

pero nunca gritamos lo suficientemente alto para que puedan escucharnos,

y cuando lo hacemos,

ya es demasiado tarde.

 

La paz del sueño eterno

huye de nuestros esfuerzos

por intentar regresar a lo que un día tuvimos

y que otro igual de luminoso acabamos por olvidar.

La humanidad es una historia de fantasmas.

Tres colores en una exhalación

Un paso para la improvisación,

pierna adelantada y brazos extendidos,

entrelazando cada idea, cada neurona radiactiva,

gesto ensimismado, tensa sinfonía,

quebrado transeúnte, blanca dimensión,

coordinación de espectros, pupilas que no miran,

los escépticos con las manos identificando las formas,

los ignorantes balbuceando ante la lluvia invocada,

néctar que empapa la comisura de los labios y conquista todo lo que toca,

cautiva con su sabor, seduce a los que viven en las bocas de piedra,

y libera a los valientes portadores de lo invisible.

 

Los que abrazan la existencia,

con lentes anómalas, pero nunca desenfocadas,

con imágenes constantemente revisadas.

Ejecutores de su propia voluntad,

con una conducta intachable, de civismo y autodeterminación,

con una sana enajenación.

La progresión es infinita,

la mirada se prolonga constantemente,

de variedad contemplativa, en la habitación calmada,

con la libertad en la mano y la armonía en el barro y el agua,

en la fraternidad de una misma existencia.

Y en el ocaso, allí la realidad envasa los recuerdos al vacío,

memento mientras el tiempo se desborda y derrama,

materia flotando, hermoso holograma,

nuestras vidas expectantes, esperando el momento oportuno,

la llamada.

 

Azul

Que mucho ansío  

y por eso me lleno de coraje

cuando escucho tu latir.

Pienso mientras reposamos

en un enérgico abrazo,

y después de una mirada cómplice

nos despedimos.

Regreso por la avenida,

esta anocheciendo,

gradualmente adopto un andar desacompasado,

y mi euforia parece apagarse,

ni rastro de aquel optimismo embriagador,

solo yo y una nube negra que se posa sobre mi cabeza

y reflexiona, y reflexiona, y no me deja hablar.

 

Ya llegó la noche traicionera,

en la que solo siento un nudo en el estómago,

será por la indigestión de mi exaltada euforia,

o por la luna atravesada en mi garganta,

la misma luna tras la que tantas veces me oculte.

 

Y solo queda una realidad que regresa del destierro,

desafiante y vengativa,

rompe las lápidas y libera

los males que solemnemente enterré,

obligando al espectro más fabulador

a enfrentarse contra el espectro más honesto.

A partir de aquí se entabla una encarnizada batalla de diálogo,

el primero se limita a excusarse, si algo no gusta se evita, para que sufrir,

tiramos de parábola y salimos del paso ocultando nuestras carencias, es fácil;

el segundo, en cambio, trata de sermonearle con el desprecio de un ilustrado,

eres un iluso, incluso inmaduro, tu actitud es vergonzosa,

un niño que juega a ser el alquimista de sus propias mentiras, patético.

 

Mientras estos se pelean,

ahí fuera, la realidad observa y sonríe con malicia.

Ruido solo hace ruido, para que no escuchen,

para que no entiendan lo que dicen los ríos

y no vean lo que reflejan las estrellas,

porque no dejan de perderse en las avenidas,

porque no dejan de correr sin rumbo,

y mienten, y aparentan, y se arrastran,

y creen que son, pero no son lo que son,

solo son espejismos en el desierto de la muchedumbre,

y no lo saben.

Y se van a dormir convertidos 

en las falsas promesas de un cobarde.

Un día en el mundo

Llueve sangre
y rugen tambores,
de las heridas y la furia,
sobre cadáveres fríos y descalzos,
un mar de muerte y aniquilación,
de cuerpos contra cuerpos,
de iguales contra iguales.

Fue dura y rabiosa la batalla,
irreflexiva y con los ojos desorbitados,
ajena a todo dolor,
muerde y no suelta,
gime y no escucha.

Invidentes vacían
las cuencas de sus ojos
con el deseo de volver a ver,
un pensamiento enajenado,
sin sentido, la guerra.

Grotesca visión que invita,
casi devotamente,
al arrepentimiento,
a tragarnos las rosas
de nuestro orgullo.

Ciclo nocturno

El sonido metálico de las hojas

besadas por la luna.

Esos ruidos tímidos y asustados

por las criaturas de sangre.

Aquellos latidos desconocidos

se pierden en el silencio.

Hambrienta existencia

en tiempos de cenizas,

por el fuego de los relojes

que retornan al origen.

 

Y al despertar, las blancas luces

hacen brotar flores de las lápidas.

 

Despierta, calla, escucha.

Tormenta

Ambiente leve,

calmado espíritu,

placentero reposo,

reflexivo discurso.

 

Sin avisar,

vientos huracanados

y aguas putrefactas

asesinan al sosiego.

Me chirrían los dientes

y me arden las entrañas,

aquel tipo degenerado

mira sin escrúpulos la mañana

y por vicio la desnuda con la mirada.

 

Osa dirigirse con palabras embriagadas de alcohol,

vomita sus sucios pensamientos

frente a un observador rabioso e impaciente

por terminar con la vida de semejante bestia,

asalvajada por la adicción insana al vicio

y la incapacidad intelectual hacia la Belleza.

Pobre desgraciado que caes al suelo embriagado

 

Las alas del deseo

"Este poema está basado e inspirado por la película Cielo sobre Berlín de Wim Wenders"

Sobre el gentío,

sobre la ciudad,

alas visibles para los infantes.

 

Cada vida es escuchada,

cada lamento va acompañado de consuelo,

cada instante feliz queda inmortalizado.

 

Nunca estamos solos,

nunca derrotados,

nunca vencedores,

pero ¡tan lejos, tan cerca!

 

Una mujer ha cerrado el paraguas bajo la lluvia

y se ha dejado empapar.

Siente un soplo de consuelo y amparo.

 

Una ciega exclama:

Demasiados colores,

tropezáis con los colores

y nunca sois puntuales.

Palpa su reloj,

porque ha notado una presencia.

 

Un pensamiento inspirado,

arropado, como una caricia desde las entrañas.

Así se siente la trapecista en su habitación

mientras afirma:

Eso es lo que me hace tan torpe,

la ausencia de placer,

ganas de amar,

ganas de amor.

Hay alguien más con ella

pero no sabe quién es.

 

Vivir sólo de espíritu,

día a día, eternamente.

Ellos saben mejor que nadie qué

observar no es mirar hacia abajo,

sino al nivel de los ojos.

Una serie de encuentros y desencuentros

1.

Fatigado persigo sombras por las calles,

absorto busco nombres en los libros,

y hambriento devoro poemas anónimos,

sabiendo en todo momento que,

entre sus líneas, estás tú.

 

Nunca te alcanzo ahí fuera,

vas demasiado rápido.

Solo en mi reflexión,

cuando observo espacio y tiempo

desde mi silla y mirando la pantalla de mi ordenador,

las teclas me hablan y me enseñan todo lo que no supe ver.

 

2.

En mis pensamientos construyo artificios,

pongo en boca palabras soñadas para ti.

Y puede que el amor que te tenga sea un poco cadavérico

porque me gustas más cuando estás inmóvil, inerte,

ya sabes, en silencio.

Así puedo apreciarte con más calma,

sin prisas, ni palabras inoportunas.

 

Pero que no cunda el pánico,

ante todo, te deseo con vida,

despertando con tu lado más amable y dulce.

Aunque a veces no lo haces,

he hiberno tu presencia

para anular tu intempestiva actitud,

permaneciendo atento a la llegada del deshielo.

 

3.

Eres tan amarga como una despedida silenciosa,

y yo un adicto incurable, aunque nos digamos adiós.

4. 

El recuerdo nunca muere,

todo es efímero excepto los sentimientos y recuerdos con nombre.

Fuera de tiempo y olvido los recuerdos en soledad.

 

Sólo podré amarte pues, cuando estés ausente,

ahí será cuando se desvele realmente la gran belleza,

quizás una ficción de lo que eres,

pero solo es un truco,

solo un truco,

el sentido de una existencia soberbia.

Teoría oculta del color

Llevo tiempo insistiendo en un equilibrio cromático, ya sabes que me saturo enseguida, o me expongo frente a soles de inaudita radiación, perdiendo fuerza e intensidad. Pero no te preocupes, normalmente mantengo un mismo tono y valor, y te prometo que si no pierdo los pinceles siempre te querré. Porque juntos equilibramos nuestros excesos, una simple cuestión de complementarios. Y así pasamos los días, matizando, definiendo, armonizando con cada pincelada.

Sombras

Sombra artificial sobre aceras mojadas.

Camina sin rumbo pero con paso decidido,

va y viene, desaparece entre farola y farola,

pero pese a su discreción siempre acompaña los pasos de un sujeto que sin paraguas se entrega a las gotas efímeras.

Ellas limpian las manchas sucias del recuerdo.

Metro hacia ningún lugar

Será que la inspiración se cruza sin avisar. Al amanecer un pedazo de luna me mira mientras reposa inmóvil, que no inerte o sin vida. Su aura de misterio, propia de los sucesos inexplicables, cala en mi. Ella lee un polvoriento libro con páginas amarillentas, y escucha música, la misma que tanto me gusta, aquella BSO tan pausada.

Noche rasgada

He intentado dormir entre dolores de cabeza

y movimientos inconscientes,

he intentado dormir entre pensamientos agonizantes

creados por tu presencia.

 

He soñado contigo entre fotogramas entrecortados

y dosis de cruda realidad.

Y es que cuando sueño contigo…

suceden cosas que podríamos haber vivido,

sueño con sentimientos reprimidos en el momento menos indicado,

sueño con un futuro perfecto si los dos nos hubiésemos conjugado.

Y por eso esta noche se rasga y sangra por los días no vividos.

La huida

Pronto llego el ocaso,

deshaciendo un horizonte dorado,

dando paso a la pálida luna.

 

En la ciudad anónima,

colosos ascienden amenazantes,

bloques de piedra con luces artificiales

que reflejan oscuras intenciones.

 

La huida fue sobre cuatro ruedas,

atravesando la oscuridad con lanzas blancas,

alcanzando futuras ansias

junto a llamas amigas.

Vértigo sobre las aceras

Un artista frente a una tela en blanco

enfrentándose consigo mismo,

decide abrir la caja de Pandora

precipitándose sobre el lienzo,

empieza la vida.

 

En otro lugar un hombre se consume por no ser nada,

y mientras arde por las calles

sueña con esparcir sus cenizas,

ver mundo, abarcarlo todo.

 

En el cielo un pájaro quiere dejar de emigrar,

asentar la cabeza,

disfrutar de los placeres de un mismo lugar,

conocerlo cada día un poco más,

extasiarse con cada amanecer,

gozar de la compañía de otros pájaros

o disfrutar en solitario descubriendo nuevas formas de volar,

reflexionar cada noche bajo una luna serena.

 

Comparten sin saberlo,

el mismo miedo,

el vértigo a un camino de mediocridad,

a una vida construida por cosas a medias,

se sienten como un Frankenstein que reclama humanidad.

El coleccionista

En la calle menos transitada de la ciudad,

una puerta.

De apariencia corriente,

con un picaporte frío

y bisagras oxidadas.

 

Por aquel entonces ya me gustaban las rarezas,

todas esas cosas que la gente llamaba raras

para mi simplemente eran diferentes.

Su apariencia no me importaba,

nunca me he guiado por ello,

me importaba mucho más el interior,

ahí era donde estaba el misterio,

lo que hace que las personas sean interesantes.

 

Con aires de explorador miré dentro,

y me gustó,

incluso llegué a amar cada rincón.

La visite cada tarde

hasta que un día

no se abrió.

Creedme si os digo que llamé con desesperación,

pero no hubo respuesta.

Y aunque me resulte patético recordarlo... 

acabé inerte y llorando frente a ella,

jamás había sentido lo que es quedarse paralizado de dolor.

 

Aferrándome al olvido

me fui en busca de otras estancias,

las noches eran cada vez más frías,

necesitaba refugio,

un lugar acogedor donde quedarme,

por ello pregone y mendigue rojos deseos.

 

Acabé arrepintiéndome, solo vivía para saciar mis deseos egoístas.

Con un ánimo miserable caminé por la calle menos transitada de la ciudad.

Allí estaba ella, la misma que intente sustituir.

Instintivamente esquivé la mirada,

solo angustia me ofrecía su recuerdo,

con la cabeza gacha la evité y pasé mudo a su lado,

pero no me dejó seguir.

Proclamando promesas detuvo mis pasos,

afirmó lo que tantas veces había negado

y me obsequió con aquello que jamás había querido entregar.

 

Pero poco tiempo duró la felicidad...

pronto cayo la lluvia,

partí durante la noche,

sintiéndome como un forastero que

deja atrás aquello que nunca llego a conocer del todo,

sangraron en silencio rosas y espinas,

hay espejos que ya no reflejan ningún rostro,

noches sin estrellas y calles sin luz.

Los amantes

Estábamos solos, también después de conocernos, pero a pesar de eso palpamos nuestra piel, incluso hasta llegar a las entrañas, como dos caníbales nos alimentábamos el uno del otro, eso sí que era generosidad y entrega. Y el ánimo se agrandaba poco a poco, y hacíamos crecer muros capaces de contener nuestra repentina valentía. Mientras nos liberabamos sin miedo, ahí fuera gentes grises con las cabezas gachas. Frente a frente proyectábamos en las pupilas destellos ilusionados, sinceros y alentadores.

 

Pero la seguridad de sentirnos arropados duró solo unos instantes, lo que tarda en desaparecer el humo de una vela después de un soplido gélido. Alguno quiso morir, por un capricho doloroso o por despecho, desde entonces vagamos a ciegas, temerarios, por siempre uniformados con coraza y armados con puñales, en guerras tan perdidas como nosotros.

Los sueños siempre llegan sin invitación

Lo quiero con desesperación,

de forma desmedida.

Tengo apariciones

en color o en blanco y negro,

con espejos y espejismos,

malditos juegos de luces y sombras

que cambian la perspectiva,

y confunden al deseo.

 

Quiero querer

pero golpeo el vacío,

y herido por la ausencia de todo

me quedo sin nada.

Caigo al abismo.

 

Despierto junto a la luna,

desnuda y sincera,

me cura heridas cansadas y sedientas,

y una estrella en tierra

me deslumbra y deleita por primera vez.

Me golpeó sin saber que me había golpeado,

y me entregué sin saberlo por primera vez.

Por la luna, las estrellas, la noche; por ella.

La noche me lo dio todo, hasta el día.

                                                                                                                   

Hojas secas

Hojas de otoño desfallecidas

se arrepienten de haber florecido.

Inevitables las estaciones,

ciclo amargo.

 

Osada naturaleza

por quejarse de su ciclo vital.

Impertinente acto de egoísmo

hacia la creación.

 

Pensó el suicida

que acto seguido dejo el puñal

sobre las hojas secas.

Mirada azul

que ve las afiladas y desnudas ramas de un árbol

que floreció y florecerá.

Océanos de sed

Noche invocada,

a flote en el mar invertido

peces celestes

congelados en la inmensidad.

Yo en tierra

Clamo más allá.

 

Eclipse lunar,

negro planeta devolviendo oscuridad.

La noche se viste de luto

Brisa gélida, lágrimas de cristal.

Aquí nada perdura

Allí las estrellas morirán.

 

Pero en la angustia

la aurora nos da otra oportunidad.

Me oculto en tu silencio,

como la luna tras el alba,

ahora mar en calma,

brisa suave,

alas,

y a volar.

Amada casualidad

La vida no pude estarse quieta y le encanta mover las cosas de sitio, lo desordena todo, dejando que solo en ocasiones se consiga un orden, y es en esos instantes cuando encontramos sentido a aquello que antes no lo tenía, y entonces sí, sucede, y resuenan las palabras del poeta "hermoso caos, hermoso desorden que cobras sentido frente a nosotros"

FIN

Llega el fin sin apenas haber empezado, la pantalla se funde en negro. Pistas falsas para resolver el enigma, el camino se termina. El corazón se vuelve a equivocar, arrastrando con él a la razón y a todo lo demás; la confusión invade la escena y el telón siente que debe cerrar.

 

Fatigados por esfuerzos inútiles; cansados de gritar sin esperanza; exhaustos de amar indiscriminadamente. En el caos no encontramos sosiego, no hay paz, solo dolor y soledad ceñida en nuestras vidas. La solución a nuestra agonía quizá esté tras los espejos de la realidad.

Destellos de luz

Me bato en duelo con la realidad.

Envió un mensaje  apuntando con la mano en el corazón.

La flecha de luz alcanza la indiferencia,

y de la herida brota un río de sangre que da la vida.

Hay un fuego que arde sobre la nieve,

en contra del frio y la oscuridad.

No hay razón que entienda,

en llamas

se elevan más allá de sus posibilidades.

Solo pido una cosa: leña para el fuego que me habita,

combustible para producir la combustión. 

Incendios en la nieve
 
Como el viento que me lleva

Viento que siempre viaja a un mismo lugar. 

Se desliza sobre siluetas,

acaricia pieles

y se cuela tímidamente por los huecos de la ropa.

Sabes que está ahí porque lo sientes,

pero no lo ves.

No quiere que lo veas.

Es como un secreto,

como una promesa que transporta el viento.

Sin ser partícipes de esa misma promesa,

somos corrientes inquietas,

insatisfechas,  desenfrenadas.

 

Pero al caer las hojas secas,

brisas contrarias que se unen y pactan serenidad, 

vendavales al fin en calma.

Batallas

Rasgado por un puñal invisible.

Causa de mis hazañas imposibles,

muero en cada batalla

pero resucito en cada derrota,

así de eterno es el deseo.

 

Paciencia tal vez sea la respuesta,

impulsividad una exclamación.

Deseo, un sentimiento;

necesidad, una adicción;

esperanza, una petición;

alma, dolor, amor, nada.

Parecer

Parecer, el arte de crear oasis.

Islas de humo que jamás existieron,

productos de la incoherencia.

Parece que la brisa despejó la bruma,

con un gesto de prestidigitador retira el telón de las apariencias.

Y pareces ver con claridad lo que antes era ambiguo,

y parece que todo cobra sentido.

 

Parecer, una palabra sin consistencia, que se esfuma por su propio significado, niebla, solo eso. La indefinición de ser cualquier cosa, el deseo más buscado materializado al escuchar “parece que puede ser posible” Palabra imposible, marchita y desecha que el viento se lleva con todo lo que pudo haber sido y deja solo lo que fue, una triste realidad, sin metáforas.

VIAJE

"Son esos viajes que emprendemos cuando nos dejamos llevar por un instante, un pensamiento, un nombre"

 

El cielo acecha con melancolía,

materializada en lluvia.

Camino sin rumbo,

soy como un actor perdido en escena.

La ropa húmeda

hace mis pasos cada vez más pesados.

 

Choco y caigo al suelo.

Levanto la mirada

ahora es azul, con rayos dorados

que caen sobre los hombros

Observo mientras se materializa

sobre el asfalto.

Otra vez perdido,

trataré de olvidar

antes de regresar.

Quizás sea imposible

ignorar nuestros recuerdos.

Hay razones que la razón no entiende

Soy un inseguro crónico y siempre pienso un tanto pesimista, me repito constantemente:

Cuando el sueño se vuelve realidad

entonces otra pesadilla empieza a atormentar.

 

Ese pensamiento me inquieta y por eso le escribo a quien quiera que sea mi esperanza:

Mi querida esperanza,

permaneces como una estrella de intermitente aparición.

Y solo me queda eso,

¡una estrella! en la oscuridad de la noche infinita,

una estrella única que brilla cuando quiere,

y te lo tengo que decir: ¡eres caprichosa!

a veces solo me sonríes cuando te estoy mirando.

Me tienes esclavizado pero

ojalá sigas siempre ahí

iluminando mis pasos en las tinieblas.

Es más, prometo que te cuidaré,

te contemplaré en silencio

y compartiré secretos.

Por ti luz única de mis entrañas,

por ti,  que vuelvo a vivir.

Oda al poeta

"He estado pensando en esa figura del poeta, el bohemio que se cubre de una sombra de misterio y cierta mitificación. Pero no es solo peculiar, sino que tras de su persona estereotipada se esconden verdades, que solo por la poesía se alcanzan. La literatura contiene el misterio de la trascendencia, logra abrir otra dimensión donde el tiempo se detiene. Así que mantengo firmemente la premisa de que todos poseemos una razón poética, un sentimiento que logra ir más allá de lo que se nos muestra a simple vista."

 

Poeta que despiertas durante las acogedoras noches,

que gritas al silencio con tus palabras.

Con la seguridad de nada tienes el valor

de mirar las cosas y otorgarles días no vividos,

con especulaciones mas o menos lucidas;

hablar con metáforas,

definir la realidad con ambigüedades.

Inquietud por descifrar misterios,

de vivos y muertos.

 

Poeta que sueñas aquello que otros no se atreven a soñar.

Detienes la rutina y das un toque de atención

a la decadente sociedad sin frenos.

 

Suena pretencioso,

pero no pensaste qué en tu interior hay una esencia de poeta,

de soñador que a medida que fuiste creciendo

y enfrentándote a la dura realidad

dejaste en el olvido.

Ignorar lleva al olvido,

y sin búsqueda no hay encuentro.

¡Despierta tu razón poética!

Delirios

Me asalto el delirio

Maldita suerte la mía

por un dudoso sentimiento que nublo el pensamiento.

Atrapado y esperando,

junto a mi convivía la obsesión

corrompiendo y limitando,

creando monstruos.

Todo eso lo cargo por ti cuando me pregunto

por qué abandonaste lo más valioso que poseías.

Me lamento repitiendo:

Lo posees, lo sé, aun lo posees.

Si tuviese una oportunidad más,

para traspasar las distancias

que nublaron la vista

y no nos dejaron sentir lo correcto.

Pero si vieses lo que ahora veo

Si pudieses ver lo que veo ¡si lo vieses!

Te darías cuenta de que incluso

las cosas más insignificantes pueden tener un valor infinito si las contemplas con interés,

pero tú, tú, aún no lo ves.

Sus amaneceres rojos,

ahora desaparecen ante mis ojos.

Ausencias

Luz candente de un alma ausente,

oscuridad tenebrosa de un corazón

perdido en las sombras.

Quien pudiera guiar sus pasos

por el recto camino.

Quien pudiera dar sentido a un alma evadida y distraída.

Sentido al sentir esperanza.

Quien pudiera…

Sueño de una noche de poesía

Susurros del viento

de ninfas y elfos.

Bosques encantados

despiertan en las penumbras,

las estrellas y la luna

observan vigilantes la escena.

 

Relatos de heroísmo,

de terror,

de pasión.

Relatos que…

con el peso inconsistente de un sueño

se desvanecen en una nebulosa de deseos.

 

Pero que es la vida sino un sueño,

un sueño que efímero se aleja

sin dejar consumar su máximo placer.

Vivimos siempre en vísperas de gozo.

 

Despertar en un oasis

a los pies de Afrodita,

que sin embargo no deleita

ni a los ojos con su belleza ideal

ni a los oídos con sus delicados cantos

a ningún sentido sacia por completo.

 

Fruto de un ideal

que solo se presenta

a los ojos del alma.

Efímero sueño vital

consuelo de poetas.

Un alma sentida

Se encienden luces de color a mi alrededor

Esta noche no estoy solo,

sobre mi lecho un manto de estrellas

Contigo vuelvo a estar

cuerpo celeste.

 

Nos diluimos en una misma niebla

Nos plasmamos en una misma sombra

Y poco a poco nos desvanecemos,

ahora cuerpos etéreos que bailan

con la pausa de un amanecer

que se desnuda poco a poco mostrando su luz.

 

Tu y yo en un jardín bañado por la luz de la luna

Ninfas susurran melodías

Las musas bailan con la brisa

Y mi voz gritos del viento

Llamas de fuego se entrelazan

Mientras el sueño se derrumba y nos despierta,

haciéndonos mirar de nuevo con los ojos.

Quedémonos con la farsa

Con la emoción de una tragedia griega

Quedémonos con la belleza de un ideal

Con el placer de una utopía

Quedemos en el limbo en el que permanecen

nuestras sentidas almas

en un estado permanente de tristeza feliz.

Esas son las secuelas que deja la lectura

de idílicas historias de amor,

cuanto daño hicieron los romanticistas,

la realidad nunca estará a su altura.

Una nebulosa

Canción de una vida de nieblas

de personas en tinieblas

de vidas desconocidas

de almas perdidas

de belleza que renace entre penumbras hechizadas.

 

Querida desconocida

Si oyes mi voz, susurros del viento,

hay algo que te quiero contar

una historia de amores compartidos

de dolores divididos

de miedos entrometidos

de gritos sin esperanza

de silencios, de miradas

de palabras.

Querida desconocida

Esencia incomprendida

Te doy la bienvenida

A un mundo de mentiras

De indescifrables melodías

Y si tú, nota perfecta

eres la clave correcta

Y tu ritmo me desata

de tristezas ya pasadas

de una vida ya cansada.

Camina conmigo querida desconocida

aceptare tu compañía

Muéstrame el secreto

De tu ambigua melodía.

Tropecé con tu grandeza

Con tu extraña sutileza

Encendida la esperanza,

la belleza es verdadera.

Cuan abstracta es la vida

si se sueña en poesía.

Cuan reales sus palabras

que se vuelven melodía

de un alma que despierta,

que despierta de la vida.

Fragilidad del sueño

Perdonar no es olvidar,

perdonar es reparar.

 

Perdóname por no olvidarte

pero quiero repararte

Pequeña y delicada taza de porcelana

Que antes contenías sueños inabarcables

Tan pequeña a simple vista y tan grande

tu capacidad de almacenar sentimientos.

Sabes que antes eras recipiente de ilusiones

De ilusos que no tenían miedo a soñar

De locos borrachos de amar

Y ahora alguien te rompió

Se escaparon todos tus sueños

esparciste tus pedazos por todas partes

te dividiste de tal manera que perdiendo tu esencia

perdiste tu ser.

 

Pero estoy aquí para reparar lo que se rompió

Para darte la vida que se escapó por tu

resquebrajado corazón de porcelana.

Unidas tus piezas perdidas

Te das cuenta de que vuelves a recuperar

Tus sueños, ilusiones y deseos.

 

Los que dañaron y perdonaron repararon

Los que dañaron y olvidaron quedaron marcados

por el incandescente fuego de la conciencia

Y perdieron aquello que una vez tuvieron

Y ahora jamás volverán a recuperar.

El amor de alguien único

Un amor diseñado

por las personas que otorgan esperanza

y hecho para las apagadas por la tormentosa realidad

De cariños que caen como un rayo

iluminándote en su máximo instante de luz.

Ahora resplandeciente lucero

¿aprovecharas esos efímeros instantes incandescentes o los dejarás pasar con indiferencia?

Dejé de mirar con los ojos

y ahora veo con claridad.

Lo esencial es invisible a los ojos

No detengan las trompetas,

Ni dejen de golpear los tambores,

Hagan vibrar las cuerdas con sus manos,

Y acaricien las teclas de algún piano.

 

Que no deje de sonar

Eso que están tocando,

 

Eso que algunos llaman:

Vida.

Y otros:

Llanto.

 

No dejen de tocar

Eso que algunos escuchan

Y otros, hablando,

Se van.

Gritando,

Se van.

Perdidos,

Se van.

A los que escuchan

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